miércoles, marzo 28, 2007

El escándalo está servido



Repaso los anuncios denunciados en el Observatorio de la Publicidad sexista del Instituto de la mujer y me sorprende comprobar que entre ellos no aparece ninguno de los reclamos eróticos que abundan en las páginas de contactos de los periódicos y en muchos canales de televisión. Algunos ejemplares proscritos son verdaderamente ofensivos: unas bragas negras, “enseña tus formas”, con el objetivo de vender tu coche; unos traseros pornográficos que animan a canjear puntos de móvil, o una mujer desnuda de cintura para abajo con la excusa de “vestir tu oficina”.
Pero a su lado conviven imágenes de modelos de lencería de marcas italianas, cuya indolencia podría ser criticada por su sosería, pero en ningún caso resultan más llamativa que una portada de dominical con Scarlett Johanson. Una elegante mujer con flequillo que cubre su torso desnudo con sus brazos, sosteniendo un frasco de perfume de alta gama, también forma parte de la publicidad denunciada. Por mucho que lo miro, no percibo ningún signo escandaloso. Nada que ver con las mujeres con látigos y cuero negreo de Helmut Newton ni con los inquietas rostros y senos de Man Ray.


No sé si el Instituto recogerá en su próximo informe el anuncio de un café donde el dicho cruel de que los hombres no pueden hacer más de dos cosas a la vez se convertiría en categoría. O el de una compañía de seguros que se presentaba como la auténtica respuesta de los “maridos inútiles”. Es curioso como algunas campañas, en nombre de la audiencia, se atreven a ridiculizar a los sexos y pretenden seducir a la vez a través de un humor picante que, en lugar de atracción, produce rechazo.
No deja de sorprenderme que la interpretación de una imagen pueda causar reacciones tan dispares, como la referida en el anuncio de Dolce & Galbana, retirado en todo el mundo. Quienes conocen la trayectoria de estos diseñadores italianos saben que el juego erótico forma parte de su imaginario fetichista. Solo es un juego, una pose, ellos trabajan por el progreso de la mujer, sería una contradicción presentarla de una manera degradante. A veces hay colectivos que pretenden hablar en nombre de las mujeres, sin detenerse a reflexionar sobre la pluralidad de lo subjetivo y de las diferentes variantes en las que hoy se declina de identidad femenina.
No hay duda de que la publicidad es un antidepresivo. Se apropia del lenguaje del poder y del éxito, del confort u del bienestar. Mundos redondos donde la belleza es incuestionable, utopías y paraísos. Más allá de sus alardes provocativos, sus modelos de conducta deben buscar el equilibrio ética y creatividad. Es inaceptable que se perpetúen unos estereotipos caducos acerca de las mujeres: pasividad, sumisión y lejía, pero igual de ofensivos que resultan aquellos que tratan al hombre como un inútil. Dicen que la experiencia es un grado, ojalá las mujeres, que nos hemos doctorado en la lucha contra el sexismo, contribuyamos a demostrarlo.

Últimamente los del GOEAR están mareando un poco la perdiz, así es que para escuchar la canción que adjunta este post pincha aquí

jueves, marzo 15, 2007

New York, New York...


Este año hemos repetido, pero ha sido diferente, en especial por la genial compañía de mi queridísima “tieta Creueta”, genial compañera de habitación, de viaje, de risas, de cultura, compra y aventuras. Entre frío, mucho frío y más frío todo ello rebozado de mucha, mucha nieve, no se puede decir que nosotras no conocemos la versión invernal de este año. Claro que hay anécdotas y decubrimientos, este año hay que destacar los grandes desyunos de pancakes con “scramble eggs with bacon” en Brodway: Ellen´s Diner, donde los camareros cantan, cantan y bailan, Pastís (conocido por Sexo en Nueva York) en el Mead Market, Milos (lo más parecido al mediterraneo), la Esquina o lo que viene a ser lo mismo, The Corner, un chiringuito en pleno Soho donde aparentemente venden pollos asados y no deja de sorprenderte en el local más de moda y auténtico de la ciudad. La novedad de Broadway “Hairspray” para algunos genial para mí, la verdad, mediocre. El renovadísimo MoMA y la NEUE. Ah! se me olvidaba Dean and Deluca te lo comes y te lo bebes todo por los ojos, impresionante el espacio, el packaging la presentación exquisita de la comida, hay varios por todo Manhattan. No hemos tenido el placer de topar con el supermodelo de Abercrombie de la quinta pero aun mejor, hemos visto a Sofía Copola pasear con su retoño por el Soho. Como no, gracias y el año que viene… repetimos?

viernes, marzo 09, 2007

¿Es la muerte un orgasmo?


Está orgulloso de haber tenido el coraje de apartarse del mundo de la empresa y la economía para entregarse a su pulsión creativa, artística. Es melómano y pianista, y sueña con atreverse un día a componer música. Mientras, el vehículo de su creatividad es la literatura: después del best-seller internacional ´La buena suerte, Fernando Trías de Bes publicó la fábula ´El vendedor de tiempo´, unos ´Relatos del absurdo´ y las novelas ´Palabras bajo el mar´ y, ahora, ´El coleccionista de sonidos´, parte de su trilogía sobre el amor. Son novelas en las que se trenza el thriller, la música, el amor y la reflexión filosófica sobre el sentido de vivir, de amar y de morir.

- Como economista, ¿qué tiene claro?
- Que la economía no es más que psicología.

- ¿En qué sentido?
- El dinero expresa los miedos y ambiciones de las personas. Al dinero lo mueven el pavor y la codicia, las emociones humanas: ¡por eso la economía es psicología!

- ¿No es una ciencia exacta?
- ¿Hay algo más impredecible que las emociones humanas? Y por eso los economistas siempre se equivocan cuando hacen predicciones.

- ¿Por eso dejó usted la economía y ahora escribe novelas?
- Es por necesidad de crear. He creado empresas e innovado en métodos empresariales... pero la literatura es hoy mi mejor vehículo para dar salida a esa creatividad.

- Lo fue el libro ´La buena suerte´.
- Ha sido traducido a 38 idiomas, y se han editado casi tres millones de ejemplares.

- Resuma el libro en una frase.
- La mala suerte existe: es el azar. Pero tú tienes capacidad para minimizarla creando tu propia buena suerte. ¿Cómo? Actuando.

- ¿Aplica eso usted en su vida?
- Yo no le doy vueltas a lo que me sucede, simplemente me pregunto: "¿Qué puedo hacer con esto?", y la respuesta es actuar, sin más.

- ¿Sobre qué escribe usted ahora?
- Sobre la imposibilidad del amor perfecto, eterno: nos es dado imaginarlo, pero jamás abarcarlo. La leyenda de Tristán e Isolda lo expresa. Y eso le pareció a Wagner.

- Resúmame la leyenda.
- El caballero Tristán escolta a la princesa Isolda camino de su matrimonio con el rey. Ella lleva un elixir de amor para tomarlo ante el rey y así enamorarse de él. Y lleva también otro elixir: uno de muerte.

- El amor y la muerte, ¿vecinos?
- Los franceses llaman petite mort al orgasmo. Y ahora unos neurólogos holandeses han visto que durante el orgasmo la actividad neural se paraliza. ¡El orgasmo es como una muerte, y quizá la muerte sea como un orgasmo, un placer cósmico!

- Y la evolución creó, con el sexo, al individuo que (nace y) muere.
- "El amor eterno sólo se halla en el tránsito de la muerte", escribió Schopenhauer. Y Wagner veía la tesis de Schopenhauer cristalizada en la leyenda de Tristán e Isolda. Isolda pide a su doncella que le sirva el elixir de muerte, pero la doncella le sirve el del amor, ¡y se enamora de Tristán! Ya amantes, Tristán engaña a todos para seguir con Isolda. Y al morir Tristán, muere también su enamorada Isolda. "El amor incluye la muerte", dijo Wagner.

- ¿Qué tiene que ver esto con su novela?
- Cuando supe que el tenor que interpretó a Tristán en el estreno de la ópera de Wagner, Ludwig Schnorr von Carolsfeld, ¡murió tras la cuarta representación! de modo misterioso, me fascinó. Y más aún saber que la soprano que interpretó a Isolda, Malwine Garrigues, ¡era su mujer!

- ¿La ficción transmutada en realidad?
- En cierto modo sí, puesto que la soprano enloqueció. Entonces se extendió la creencia de que todo aquel que interpretase esa ópera ¡moriría! Hasta tal punto fue así que el propio Wagner tuvo que desmentir públicamente que su ópera estuviese maldita, dando explicaciones acerca de que el tenor había muerto por un golpe de aire.

- Asunto histórico y, a la vez, muy novelesco.
- Recreo la figura de ese tenor en un personaje de voz portentosa, ¡y capaz de reproducir todos los sonidos! Pero sólo le falta uno: el del amor.

- ¿Y lo consigue?
- Sí, cuando entiende que el genuino elixir del amor es el esperma, y él ¡logra transmutarlo en un sonido! Y ya toda mujer que le oiga emitir ese sonido, quedará enamorada.

- Qué fácil.
- Pero tiene un problema. Cuando se acuesta con sus enamoradas... su semen las mata. ¡Su líquido seminal es también elixir de muerte!

- Menudo susto.
- Se abandona a dejar tras de sí un rastro de mujeres muertas... hasta que él se enamora de una. La ama, pero ya sabe que si se acuesta con ella la matará.

- ¡Ése si es un amor imposible!
- No le explicaré el desenlace. Por cierto, ¿sabe que durante años ningún tenor se atrevió a cantar el Tristán de Wagner? Hasta que uno aceptó, aunque firmando un seguro vitalicio, por si... Y ya se desvaneció la maldición de esa ópera, que acaba con un orgasmo, por cierto.

- ¿Un orgasmo?
- Sí: la muerte de Isolda está cantada como un orgasmo. Wagner introdujo en esta ópera el primer "acorde imposible", el "acorde mágico", sin tonalidad: música atonal. ¡Ahí nace la música del futuro, la música moderna! Isolda canta sin tonalidad, lo que crea una tensión sostenida que al final se resuelve ya con tonalidad, y ese grito de muerte es como un orgasmo, hay una resolución, un alivio cósmico.