lunes, noviembre 26, 2007

The beautiful boy


El periódico Libération acaba de publicar un número especial dedicado a diversos testimonios gráficos destacados que han aparecido en el cotidiano francés en el último año. Son imágenes espectaculares, cotidianas, cómicas, dramáticas, tiernas,. Imágenes que en pocas ocasiones representan lo que nos parecen al primer golpe de vista.
En la portada aparece una fotografía realizada en Shangai que muestra un prado con abetos al fondo y tres policías chinos que miran con expresión adusta al objetivo de la cámara sentados en pequeños taburetes de plástico. En la página siguiente , vemos a esos mismos policías con una expresión completamente diferente, de pie cogidos de las manos de chicas sonrientes formando una especie de lo que, a primera vista, parece el corro de la patata o la conga . Lo que de verdad pasaba, explicada por el propio fotógrafo, es bien distinto de lo que parecía que pasaba: mientras en la primera foto , los policías de mirada adusta estaban vigilando un concierto de rock, sus pies no dejaban de moverse al ritmo de la música, en la segunda, los policías están formando una cadena humana para dirigir a los espectadores del concierto fuera del recinto. Las expresiones sonrientes en realidad son expresiones de esfuerzo y tensión, dado que ha sido uno de los conciertos mas multitudinarios que se han dado en la ciudad china.
En la misma publicación aparece una foto en color sepia: un retrato de un hombre de unos cincuenta años con camisa blanca y chaqueta de piel mirando a la cámara con ojos tristes. ¿Quién es este hombre de abundante pelo canoso, frente arrugada, labios frunidos, ceja levantada? ¿Qué clase de vida ha tenido, qué vida tiene? El color sepia le otorga un aire de daguerrotipo de principios de siglo , como si fuera una fotografía de alguien fallecido hace mucho tiempo. Mirando el pie de la imagen, encontramos esta perturbadora información: se trata del sueco Björn Andresen, el adolescente que hace treinta y cuatro años interpretó a Tadzio, el chico de mirada ambigua que atormentaba a Dirk Bogarde en la película de Visconti, “Muerte en Venecia”. Volviendo a mirar la foto con ese dato en la cabeza,la fotografía ya no es un bello retrato de un hombre de mediana edad, es una imagen que se lee como una letanía sobre los sueños perdidos, sobre la muerte de las promesas sobre la belleza y la juventud eternas: Tadzio tiene hoy la misma edad del hombre que buscó la muerte en Venecia, que se tiñó el bigote, que deambuló por los canales, ajeno a las patéticas, tarantellas tan sólo para estar cerca de él, para verle pasar rodeado de sus hermanas y de Silvana Mangano. La foto , sumada al pie de foto, es doblemente triste, infinitamente trágica. El fotógrafo hizo bien virando la imagen a sepia.
Mirando las fotos de los coches quemados en París, amontonados con números pintados en las puertas ennegrecidas, sólo puedo pensar en todo ese metal desperdiciado, en toda esa rabia que no encuentra palabras y que se expresa con la consulta en internet de la fabricación de cócteles Molotov. Le enseño la foto a un amigo que, al contrario de mí , es un fanático de los coches . Me dice, tras echarle una larga mirada a la foto , que no hay un solo BMW o Audi o Saab en las hileras de coches destrozados. Qué curioso, dice, sólo han quemado coches de baja gama. Y yo me quedo pensando.

9 comentarios:

Pedro M. Martínez dijo...

Hoy me ha gustado mucho tu post.
Qué cosas.
También me gustó el anterior.
Hay que ver.
Pues nada, que te aplaudo.
Espera, me pongo de pie y aplaudo.
Un momento, voy a quitarme la chaqueta.
(plas, plas, plas) ¡Olé la niña Carmen! que bien escribe, ea.

Carmen dijo...

Es un placer leer estas palabras de ti, Pedro, me gusta gustarte ;)!!!
Besos

Anónimo dijo...

si no fuera porque la imagen muestra el pecho, pensaría que es "a beautiful girl".. te has fijado en los labios?, son de girl, no de boy

... como comentas en tu post, ¿en qué estaré pensando??

Juanjo Montoliu dijo...

Es difícil saber como se siente el hombre que fue aquel niño, o el que hubiera sido.
El tiempo se escurre entre nuestros dedos, y a ti te falta, como dices, pero yo siento que el mío se acaba. Quizá sea hora de girar el reloj de arena.
A mi casa nunca llegas tarde, Carmen. La puerta siempre está abierta.

Un beso.

Txe Peligro dijo...

en los barrios deprimidos no hay coches caros.

saluditos

Lurka dijo...

La imagen andrógena del Beatiful boy supongo que es lo que puede hacerlo parecer bello. Es como la imagen actualizada de muchos de los modelos de anuncios de colonia de hombre. A mi personalmente ninguno me gusta.
Lo que no cabe duda es, por un lado, que txe tiene razón y por el otro, que el tiempo pasa para todos. Incluidos los Beautiful boys.

Luisru dijo...

Qué fuerte esa imagen de Tadzio, si es que el tiempo es inmisericorde. Tu post me recuerda a un artículo de Vicente Verdú que leí hace tiempo, en el que decía que la información en Francia es más cercana a la realidad porque habla de lo cotidiano más que de lo extraordianrio. Quizá este número vaya por ahí (al menos en las imágenes que reflejen a nuestro país vecino).

Camille dijo...

Muy buen post! (como me tienes acostumbrada).
La foto, divina.
Pero, creo, que también hay belleza en el paso del tiempo.
El tiempo, que alisa la piel de los neumáticos, arruga la piel del hombre.

Besos, guapa

P.D. Juanjo, me he quedado helada al leerte. El tiempo no se te acaba, te queda cuerda para rato. Ánimo, guapo

Juanjo Montoliu dijo...

Un poco pronto, ya sé, pero paso a felicitarte las fiestas.
Felicidad y Suerte.

Besos.