martes, julio 11, 2006

OMMMM


Pensaba que con el tiempo adquiriría mayor dominio en eso de dejar la mente en blanco, de vaciarla y neutralizar el pensamiento, mientras te tumbas al sol en la playa, pero sigue siendo tan difícil como aquella primera vez que lo intenté, cuando era una mocosa adolescente. Por aquellos entonces todo se basaba en tumbarse en la arena sin exámenes pendientes ni conflictos sentimentales y lograr que la caricia de la brisa y ese murmullo de las olas rizándose en la orilla nos llevaran al estado de silencia mental que tanto aspirábamos, a la búsqueda de una especie de nirvana. Pero una pelota endiablada repicando entre pala y pala, además del grito “pelao” del señor de los helados o de la rica sandía, coco y melón y del mantra repetido por un pequeño Buda: “No quiedo, no quiedo”, de nuevo convencían de que lo mío no era la mente en continúo movimiento. Ponernos en la cabeza del otro, imaginarnos diálogos imposibles, recrearnos en cómo hubiéramos podido reaccionar ante un nuevo dilema, y por tanto, reinventarnos en otros personajes con más soltura y menos defectos, continúa resultándome aun un pequeño vicio. Estar con una misma, dejarse llevar por las fábulas interiores y pasear por encima del tiempo es un placer íntimo que no depende de nadie más que de ti, una especie de recreo merecido que además es gratis.

3 comentarios:

MALiZiA dijo...

Hola, yo jamás pude dejar la mente en blanco, siempre aparece por allí un telón de fondo con imágenes locas y descontroladas.
besos,

Anónimo dijo...

Carmen;
Yo coincido con malizia
hace años, como tu sabes que me dedico a intentar relajarme con el Yoga y la meditaciòn,la profesora que es una persona muy profesional,
no se cansa de decirnos que dejemos
la mente en blanco,cuando acabamos
siempre dice lo mismo (lo habeis conseguido) respuesta mia !!se me fuè el oremus pensando ¿ y mañana que hare de comer?

Monica Bedana dijo...

Hola, pasaba para ver si quieres que te eche una mano con ese vecino tan listo que te denunció por tener el De Longhi en la terraza...yo el mío lo tengo en el patio, y que nadie diga nada que pongo atómica! Un beso