viernes, agosto 25, 2006

Vanarasi



Hoy ha sido uno de los días que más extraña me he sentido desde que estamos aquí. Quiero explicaros el porqué, pero primero explicaré el trayecto hasta llegar a Vanarasi (o Benarés). Hemos ido hasta el aeropuerto doméstico de Delhi, nos ha acompañado Trashj, nuestro driver, del cual nos hemos despedido después de tantos kilómetros con él. El aspecto del aeropuerto es decadente (seguramente como los de españa en la época de Franco) pero muy seguro, si no me equivoco me han cacheado 4 veces hasta subir al avión! El vuelo ha sido como “un puente aéreo BCN-MAD, por el tipo de avión, la cantidad de gente y la duración. El aterrizaje ha sido un poco “turbulento”, había muchas nubes que atravesar, como era de esperar me he mareado, menos mal que no había desayunado demasiado.
Esta vez nos ha venido a recoger Shanjag, se ríe mucho y como Mozart. El primero de los motivos por los cuales hoy me he sentido un tanto extraña es porque circulando por la ciudad, por un momento me he dado cuenta de que me había acostumbrado a su paisaje. El hecho de ver mendigos, niños pobres, gente tirando de sus carruajes, vacas circulando al mismo ritmo que los vehículos, que las personas… pues me ha parecido un escenario habitual, que no es lo mismo que indiferente. Seguro que la sensación que voy a tener cuando me encuentre de nuevo ante mi querido Paseo de Gracia no será la misma, será entonces cuando el contraste sea brutal.
Hemos visitado el que representa ser el templo más importante para los hindús. En su interior hay un mapa de mármol gigante de la india y un óleo de la Diosa del poder, la que se encuentra en la foto junto al león. Me ha dejado muy decepcionada pues no tiene mucho encanto. Luego hemos ido a la importantísima universidad de Vanarasi. Ahí se puede estudiar de todo, medicina, agricultura, física, letras, historia… es una especie de campus gigante donde también se encuentran varias residencias separadas, claro para los chicos y las chicas. Shanjag nos ha contado que viene gente de fuera a estudiar y que para ello hay que superar un duro examen.
Luego nos hemos dirigido otro templo hinduista, en una de las fotos veréis que hay unas “casillas” donde se depositan los zapatos antes de entrar.
Me ha sorprendido que en esta ciudad la gente es más mística, hay un montón de tenderetes con obsequios (dulces, flores, coco, leche…) para hacer ofrendas a los dioses y sobretodo, lo que vamos a ver mañana al Ganges.


Ha sido entonces cuando Shanjag nos ha preguntado si queríamos ir a ver el crematorio municipal de la ciudad… pues no nos lo hemos pensado, la respuesta ha sido afirmativa.
Es una imagen habitual en esta ciudad encontrar dos personas transportando en una especie de camilla a un muerto cubierto por una sábana naranja (como dicen ellos color azufre), pues desde el coche he fotografiado uno de ellos, es de falta de respeto hacerlo por la calle… la foto no es muy buena pero quería que lo vierais.
La entrada al crematorio, todo al aire libre, ha sido muy dura, pero más aun cuando nos hemos plantado, como si nada, delante del río, delante un muerto extendido en la camilla, sin sábana el cual le estaban preparando el ritual previo a la incineración. Al lado, muy cerca, había un niño desnudo bañándose y bebiendo agua (contaminada), pero para ellos sagrada, toda una bendición. El olor era intenso, el los alrededores muy sucios, solo apto para hombres (menos turistas, ya que yo no he tenido ningún problema). El hijo mayor del muerto, parecía estar dirigiendo en proceso, su cuerpo solo lo cubría una sábana blanca.
No había nadie llorando, supongo que las mujeres de la familia ausentes en la ceremonia se encontrarían en sus casas intentando ser consoladas por algo, por alguien, quizás dando gracias a más de un Dios por la bendición de poder ser incinerado a la orilla del Ganges. Ufff! Espero haber explicado bien, esto me ha dejado el corazón encogido en un puño que todavía no puedo abrir.
Para compensar la visita, hemos ido a una cooperativa donde tejen la seda y hacen los típicos Saris que visten las mujeres, de paso, hemos comprado uno muy bonito que espero usar pero no como una hindú. Creo que le voy a dar una utilidad decorativa, haré unas cortinas, fundas de cojín…
Bueno, mañana a las 5 de la mañana vamos a ir a ver la salida del sol al río, a ver las ofrendas, sobretodo de las mujeres y, supongo a seguir reflexionando.
Al mediodía, volveremos a Delhi, para ya finalizar este increíble viaje, pero… no os vais a librar de mi, jajaja. Como vamos a estar muchas horas en el aeropuerto antes de la salida de nuestro vuelo a nuestra querida Barcelona, espero encontrar de nuevo una conexión Wi-Fi para poder contar la última experiencia en este país.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapis,os dareis cuenta lo bien que vivmos con núestro estrrressss y prisas, una vez tenido esta experiencia se valoran más las cosas lo que pasa es que nos olvidamos muy pronto.

Hasta muy pronto ya tengo ganas de veros. besitos

mamuchiiiiiii

Anónimo dijo...

Parece que la concepción de la muerte (y de la higiene) de esta gente es un poco distinta a la nuestra...

Feliz vuelo de regreso.

Anónimo dijo...

Bueno! Qué pasada! Tengo tantas ganas de veros a todos! Hoy Hugo ha vuelto a pensar en sus 'amics' les ha comprado caramelos!
Qué experiencia más inolvidable! Seguro que habrá un antes y un después!
Os quiero!
Bestios!
Adri. (para q no hayan confusiones)

Anónimo dijo...

Creo que es distinta la concepción de la vida entera, pero que es lo equivocado, o que es mejor? No estoy tan seguro, de que lo nuestro sea lo bueno!!!
Cultura, religión, vida...todo es diferente!!!