“Artículo 1: Todo español tiene derecho a fracasar”.
Yo, que veo una pared y tengo la costumbre de lanzarme a darme la hostia pensando siempre que estará blandito, reivindico aquí el fracaso y recomiendo estrategias para estrellarse sentimentalmente con éxito y apoyo del entorno cercano en la sociedad actual. Desde luego que es mejor fracasar con un tipo de tu edad, si quieres ser original elige siempre a un hombre mayor si eres mujer, o a una mujer más joven si eres hombre. Si eres gay pasa al punto dos, está mejor visto ser infeliz con una pareja heterosexual.
Es preferible vivir a disgusto con alguien de tu clase social. Sobre todo si eres pobre. Tu familia no podría perdonarte que alguien más rico te hiciera daño. Elige para arruinar tu vida a una persona que haya ido a tu colegio, a tu misma Universidad o que sea amigo de la familia de toda la vida.
Mejor si eres la víctima. Cuando sientas la humillación de unos cuernos a destiempo o del desamor más distraído, repítete a ti misma que todos vuestros amigos, familia y profesionales allegados te preferirán a ti por seguir queriendo aún al precio de tu dignidad.
Mejor fracasar junto a una pareja que no sea alcohólica ni yonqui, que no le guste el juego, que jamás haya pagado por el sexo y, a ser posible, que no fume. Por mucho daño que te haga alguien que carezca de estos vicios siempre estará mejor visto. Y si decides volver nadie te llamará tonta.
Mejor si celebras la Navidad y vas de vacaciones en verano (y algunas Semanas Santas) y le has comprado a su madre dos regalos por su cumpleaños aunque nunca te cayera bien. Mejor si no has engordado diez kilos desde que te enamoraste. Así nadie pensará que la culpa de que no te desee es tuya. Mejor si has empeñado la mitad de tu vida en hacer un disfraz a tu medida y ahora descubres que estás desnuda. Siempre habrá gente que se quede prendada con el traje nuevo de la emperatriz.